Cementerio de Howth (cerca de Dublín), Irlanda.
Es un cementerio marino, no ya porque esté a la vera-verita del mar, sino porque lo que queda de la iglesia parece el armazón de un barco varado en un astillero, o también el esqueleto tendido de un enorme animal marino.
Lo que me llama la atención es que las lápidas, en su mayoría negras, no están orientadas hacia el mar, sino hacia las casas.
Y luego está la torre de la esquina superior derecha, que tanto habrá hecho fantasear a los chavales de éste y de otros tantos pueblos levantados al refugio de un cabo, viejas construcciones de piedra que resisten los azotes del viento y la perseverancia del salitre.
(Gracias por la foto, Raúl)
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